sábado, 12 de diciembre de 2009

La guerra contra los mapuches


MARCOS ROITMAN ROSENMANN


Las noticias que llegan de Chile no son alentadoras. Nada parece tener sentido en medio de una política de violencia gubernamental cuya máxima consiste en seguir desplazando la frontera del pueblo mapuche hacia regiones más australes e inhóspitas, donde sobrevivir es un milagro. Se trata de robar y negarles los legítimos derechos sobre sus territorios. Pero esto no es nuevo. Durante el mandato de Jorge Alessandri, en los años 60 del siglo XX, un terrateniente perteneciente a la vieja escuela permitió a sus pares seguir con la usurpación de los territorios mapuches. Igualmente, bajo su gobierno, se consumó el exterminio de los indígenas patagones. Desaparecieron sin que se derramase una lágrima. Salvo en documentales, nadie recuerda su existencia. Algo similar ocurre con los indígenas onas en el extremo austral. Su población disminuye constantemente. Pero esto sigue y suma. En el periodo dictatorial, al tiempo que se tortura, asesina y desarticulan las organizaciones indígenas, se enajenan las tierras comunales, distribuyéndose entre los hacendados pinochetistas. En los años 90, cuando muchos saludaban el fin de la dictadura y auguraban tiempos mejores, el pueblo mapuche seguiría acosado y perseguido. Se criminalizan sus reivindicaciones y se da rienda suelta a una de las más feroces represiones ejercidas por gobiernos electos democráticamente. Su impulsor será el entonces ministro de agricultura de Patricio Alywin, Juan Agustín Figueroa, gran latifundista y con intereses económicos en los territorios mapuches, donde tiene sus propiedades. Fue el inductor de aplicar las leyes antiterroristas que han llevado a la cárcel a más de 50 lonkos y justificado la tortura a manos de las fuerzas de orden público. Esta política siguió bajo el gobierno de Eduardo Frei hijo, con la construcción de la presa hidroeléctrica Ralco. Su puesta en funcionamiento acabaría por destruir el patrimonio cultural de los pehuenches, dejando bajo sus aguas una parte fundamental de su arquitectura, cementerios y centros de culto. El etnocidio se consuma. Fueron presionados, violentados y obligados a trasladarse a las regiones altas de la cordillera de los Andes con temperaturas inferiores a cinco grados bajo cero en invierno. No sólo les quitaron sus pertenencias y territorios, han roto su ecosistema y profundizado su pobreza. Endesa, la empresa propietaria, se lava las manos amparándose en las leyes vigentes que avalaron el proyecto.


Sin embargo, antes de llevarlo a cabo, los estrategas chilenos estudiaron posibles conflictos emergentes. En un viaje de Estado, se presentaron en México acompañados por el embajador de Chile. Se reunieron con las autoridades de Gobernación para empaparse de la estrategia contrainsurgente desplegada en Chiapas contra el EZLN. Había que estar prevenidos y tomar ejemplo. Las autoridades chilenas siguieron las instrucciones al pie de la letra. No se cortaron un pelo, militarizaron la región buscando desarticular las comunidades y encarcelar a sus líderes naturales. De paso crearon organizaciones bastardas con las cuales negociaron la venta y el desalojo de los territorios pehuenches. Un diseño sin fisuras. Tras la inauguración de la presa, los nuevos asentamientos no tienen luz eléctrica y su costo es prohibitivo. La presa Ralco no iba a producir electricidad para la población, se trataba de beneficiar a las industrias contaminantes de la minería y la celulosa de papel. El daño al medioambiente de la región es irreversible.



Pero este robo y expropiación de las tierras a los pueblos originarios no es nuevo en la sociedad chilena, y se remonta al siglo XIX con el proceso de pacificación de la Araucanía. Eduardo Mella en el excelente libro publicado por editorial LOM Los mapuche ante la justicia. La criminalización de la protesta indígena en Chile, señala su significado: “la ocupación de la Araucanía implicó para el Estado la anexión de casi 5 millones de hectáreas y para los mapuches la reducción a menos de 5 por ciento de lo que fue su territorio ancestral (…) con la reducción territorial, alrededor de 40 mil mapuches no fueron radicados en territorio alguno. El mapuche fue obligado a subsistir en pequeños espacios de superficies, inferiores a 6.18 hectáreas por persona promedio”. Así, la pacificación consolida la usurpación desconociendo de los derechos de posesión y propiedad del pueblo mapuche a sus tierras ancestrales. En consonancia, reconoce títulos de propiedad fraudulentos a los nuevos colonos y viejos terratenientes.



Hoy, cuando la presidenta Michelle Bachelet está a punto de acabar su mandato, el balance con respecto a su política indígena es peor. Si José Saramago le puso en antecedentes durante su viaje a Madrid acerca de la situación de los mapuches, rogándole que mirase al sur y no los abandonase, el resultado ha sido más dirigentes detenidos yZas tres asesinados a quemarropa y por la espalda. Bachelett ha superado a Ricardo Lagos en su política de nuevo trato a los mapuches. Da una vuelta de tuerca y deja impunes a los autores del acoso a los niños mapuches. Ahora, intimidados, se les hace presenciar las palizas a sus padres, se les esposa, golpea y maltrata. Se les amenaza con matarlos si no delatan a los defensores de los derechos del pueblo mapuche en su comunidad. Existen más de una docena de casos contrastados por Naciones Unidas. Un ejemplo es el acaecido en la comunidad de Rofue, en Padre Las Casas. Allí el menor de 14 años F. P. M. fue tiroteado con perdigones, golpeado, subido a un helicóptero del GOPE y amenazado con ser lanzado al vacío si no denunciaba los nombres de los integrantes de la comunidad. Sin embargo, el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, se defiende con estos argumentos: algunos dirigentes mapuches utilizan a niños y mujeres como escudos. Versión similar a la aportada por el general Hero Negrón, jefe de zona de carabineros en la Araucanía. Los menores atacan a carabineros o han sido puestos por delante durante los cumplimientos policiales generados por órdenes judiciales. Seguramente la máxima del gobierno de Bachelet no dista de la acuñada por las oligarquías del siglo XIX para justificar el exterminio de los pueblos originarios: civilización o barbarie.





Morales dice será la voz de los pueblos indígenas y campesinos en Copenhague

La Paz, 12 dic (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró hoy que será la voz de los pueblos indígenas y campesinos que viven en directa armonía con la naturaleza en la cumbre del cambio climático que se celebra en Copenhague.

"Yo soy solo portavoz de los movimientos indígenas campesinos que viven en armonía con la madre tierra", afirmó Morales en una conferencia de prensa en la ciudad central de Cochabamba, en la que ratificó que Bolivia propondrá en la cumbre organizada por la ONU que los países capitalistas paguen la deuda ecológica.

"Los países del capitalismo tienen una exagerada industrialización y la obligación de cambiar sus políticas. Si no cambian, ellos serán responsables de la destrucción de la madre tierra", apuntó el líder indígena, quien se mostró convencido de que este siglo será el de los derechos de la naturaleza.

El presidente boliviano dijo que precisamente los participantes en la cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), que se celebrará mañana y el lunes en La Habana por el quinto aniversario de la creación del bloque, debatirán sobre el cambio climático.

"(Vamos a) prepararnos para trabajar de manera conjunta, juntando fuerzas que sean de consenso en la cumbre del cambio climático", afirmó Morales, quien prevé viajar esta noche a La Habana y después a Copenhague para participar en el encuentro organizado por la ONU.

Asimismo, el líder indígena dijo que en la cumbre de la ALBA "habrá un debate político sobre la democracia y las dictaduras en Latinoamérica". EFE

lav/cpy

viernes, 11 de diciembre de 2009

Indígenas denuncian nuevas amenazas de los paramilitares en el suroeste colombiano

Por Agencia EFE – hace 9 horas

Bogotá, 11 dic (EFE).- Un asentamiento indígena del suroeste de Colombia denunció hoy que el grupo paramilitar Águilas Negras emprendió una nueva campaña de amenazas contra la comunidad aborigen del lugar, que en los últimos meses ha perdido a tres de sus miembros a manos de los ultraderechistas.

Las amenazas son proferidas mediante mensajes de texto desde un teléfono móvil a los "comuneros" (miembros) del Cabildo de Cerro Tijeras, denunció esta reserva del pueblo de los paeces en un comunicado divulgado por Internet.

Los aborígenes explicaron que los paramilitares los declararon "objetivo militar" por la oposición de los pueblos indios del Cauca (suroeste) al ingreso de empresas multinacionales a la región.

Sin embargo, advirtieron que "continuas demandas (de los indígenas) por corrupción municipal también han azuzado a los armados".

En la nota, el Cabildo de Cerro Tijeras denunció que tres de sus integrantes han sido asesinados desde junio pasado, cuando el mismo grupo paramilitar inició una campaña de amenazas con grafitos en aldeas rurales.

Desde 2001 más de cien aborígenes de la zona han sido asesinados, continuó la fuente, que se lamentó de no recibir respuestas de las autoridades competentes a sus denuncias sobre las "continuas amenazas y hostigamientos".

Hace dos días la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos solicitó al Gobierno mayores medidas de protección para los indígenas.

Según las cifras disponibles, 94 indígenas fueron asesinados de enero a octubre pasado en Colombia.

Bolivia: devuelven tierras a indígenas guarayos

La Paz, 11 dic (PL) El viceministro de Tierras de Bolivia, Alejandro Almaraz, confirmó el proceso de recuperación de parcelas para ser entregadas a sus propietarios originales, los indígenas guarayos de la oriental región de Santa Cruz.

El funcionario explicó a la televisión privada PAT que se trata de miles de hectáreas que estaban en manos de la familia del acaudalado empresario Branko Marinkovic, de origen croata, y acérrimo opositor del presidente Evo Morales.

Marinkovic, dueño de una de las mayores firmas de aceite, fue hasta el 2008 presidente del comité cívico de Santa Cruz y como tal encabezó duras protestas y toma de instituciones estatales para desestabilizar al Ejecutivo.

Almaraz presidió la intervención a la hacienda, acompañado por efectivos policiales luego que el Tribunal Agrario Nacional (TAN) rechazara un recurso interpuesto por los afectados para impedir la reversión.

Asimismo aseguró que la familia Marinkovic se adjudicó la propiedad de 12 mil 500 hectáreas de manera fraudulenta.

Durante la intervención, dijo Almaraz, los funcionarios encontraron a tres familias que estaban a cargo de la hacienda las mismas que pasarán a convertirse en propietarios colectivos.

La hacienda tiene apenas 100 hectáreas sembradas y un centenar de vacunos, según inspectores del Instituto Nacional de Reforma Agraria, (INRA), el resto estaba sin sembrar.

De otra parte, Almaraz precisó que los antiguos propietarios tienen tres días para desocupar el predio de manera voluntaria.

Otra hacienda de 14 mil hectáreas en la zona y que también pertenece a la familia Marinkovic podría correr la misma suerte.

Distante 580 kilómetros al este de La Paz, la hacienda Yasminka de propiedad de la hermana de Marinkovic fue revertida por el gobierno en septiembre de 2007 que alegó fraude en los trámites.

En marzo pasado el INRA también revirtió cinco haciendas por poco más de 36 mil hectáreas en el Chaco boliviano, a 620 kilómetros al sureste de La Paz, al haber encontrado peones y sus familias en condiciones de servidumbre.

El tema de la tierra es uno de los ejes centrales del programa político del gobierno boliviano y fue centro de un candente debate que ahondó la confrontación política hasta el año pasado.

Indígenas amazónicos piden derechos territoriales y compensación económica




Noticias EFE

Anxo Lamela

Copenhague, 11 dic (EFE).- Las organizaciones indígenas del Amazonas hicieron oír hoy su voz en la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP15) con reclamaciones de reconocimiento de sus derechos territoriales y compensaciones por los efectos causados por el cambio climático en su zona.

Representantes de los nueve países agrupados en la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) exigieron que se les escuche a la hora de negociar un acuerdo climático y que se tenga en cuenta la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas para cualquier iniciativa.

"Necesitamos la legalización de los territorios de las comunidades, queremos crear gobiernos autónomos", afirmó Tito Puanchir, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) en una mesa redonda organizada por la COICA en la COP15.

La idea de crear un fondo medioambiental específico de compensación para los pueblos indígenas por la destrucción del Amazonas también contó con un apoyo generalizado entre las diferentes organizaciones.

La unidad en las reivindicaciones generales no ocultó las divergencias en cuestiones más específicas, relacionadas con la particularidad de cada país y con la esencia misma de la COICA, un organismo de coordinación, como admitió Juan Carlos Jintiach, encargado del área internacional.

Los planes de Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación (REDD) de las Naciones Unidas son uno de los objetos de discordia entre los miembros de la COICA, que agrupa a unas 300.000 comunidades de los nueve países de la región amazónica.
Mientras la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB) admite con reservas su posible uso si garantiza el respeto de los derechos territoriales, otros grupos indígenas muestran sus dudas o se oponen directamente, como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).

El representante peruano, Roberto Espinosa, criticó que la REDD amenaza la diversidad ecológica, y resaltó que las plantaciones no son bosques y que la lucha a favor de éstos ha costado 34 vidas en Perú, en referencia a las violentas protestas de hace unos meses en la Amazonía peruana.

"Que no conviertan la destrucción del planeta en un negocio", advirtió Caicedo, para quien los mercados de CO2 son "nefastos" y comercian con los derechos territoriales.
Caicedo arremetió contra el Gobierno de Alan García, pidió el regreso del líder indígena Alberto Pizango, asilado desde junio pasado en Nicaragua, tras las protestas, y advirtió de que Perú, que comprende la segunda mayor región amazónica, "está en lucha".

Muy críticos con sus autoridades fueron también los líderes de la COIAB, quienes acusaron al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de no sólo ignorar sus peticiones sino de negarse siquiera al diálogo.

El Fondo Amazonas, proyecto estrella del Gobierno de Lula para reforestar la región, nace de una contradicción, denunciaron: está apoyado por el Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES), que a la vez financia grandes infraestructuras "que destruyen la zona".

De ahí que reclamen el fin inmediato de las obras de autopistas que atraviesan la Amazonía y el diálogo sobre las centrales hidroeléctricas, así como el acceso a todos los proyectos relacionados con la zona, señaló Sonia Guayayara, de la COIAB.
La COIAB también pidió claridad y seguridad en los mecanismos relacionados con la reforestación.

"Aquellos que destruyeron la selva no pueden recibir compensaciones por reforestar. Si no, van a ganar dos veces", denunció Guayayara. EFE