martes, 13 de abril de 2010

CONAIE Organiza su primer taller sobre Derechos, Cambio Climático y Bosques




“El cambio climático nos está afectando demasiado,” explica Sra. Rosa Mashumar, dirigente de la Mujer de la Federación Interprovincial de Centros Shuar-FICSH en la Amazonia ecuatoriana. “Hoy está quemando el sol demasiado como no era antes, ya no podemos aguantar el calor del sol. Pero más que eso, es la gran cantidad de enfermedades que ataca a los niños y personas mayores. Las enfermedades son desconocidas, no podemos curarlas y la gente muere bastante. Yo me pregunto a mí misma ¿cómo podemos evitar este calentamiento del clima?”

La compañera Mashumar es una de los dirigentes indígenas que está participando en el Primer Taller de Información y Fortalecimiento de Capacidades sobre Cambio Climático organizado por la CONAIE y Rainforest Foundation Norway/CEPLAES enfocado en la relación entre los derechos, los impactosdel cambio climático en los pueblos indígenas y los bosques. Este taller también ha sido realizado previamente a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra que se realizará en Cochabamba, Bolivia del 19 al 22 de abril de la semana próxima.

Entre los asistentes al Taller se encuentran representantes de nacionalidades y pueblos de la Costa y de la Amazonía, así como también participantes y presentadores de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica- COICA y del Consejo Indígena de Centroamérica (CICA).
La población indígena vive junto con la naturaleza y depende de los ríos, selvas y páramos para alimentar sus comunidades. Por eso, cuando los ecosistemas cambian por el calentamiento del clima, los pueblos indígenas son los primeros que sufren los impactos. “Falta información, tenemos que estar más atentos a los cambios del clima, organizarnos en nuestras comunidades y demandar nuestros derechos” señaló Janeth Cuji dirigente de la CONAIE.

El mundo ahora está mirando a la preservación de los bosques tropicales como una forma de mitigar el cambio climático y han surgido mecanismos para evitar la deforestación como la REDD. Estos mecanismos involucran directamente a los territorios indígenas y por eso es prioritario que las nacionalidades y pueblos estén informados y participar en todas las etapas de su construcción y en las decisiones que se adopten. Sólo así se podrá incidir para que se respeten los derechos fundamentales garantizados en la Constitución de la República del Ecuador, en el Convenio 169 de la OIT y en la Declaración de Naciones Unidas Sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Este taller constituye el primer paso en un proceso de conocimiento y análisis de más largo aliento en el que la CONAIE continuará trabajando.


Comunicación-CONAIE

1 comentario:

Luis Eduardo Siles dijo...

Hay demagogias de proporciones tan descomunales que pasan al ámbito del surrealismo, son imposturas al límite de lo diabólico, cinismos que necesitan algún superlativo.. Este es el caso de la la cruzada internacional a favor del medio ambiente y de la “madre tierra” que intenta presentar como su nueva identidad ideológica el señor Evo Morales, iniciativa que tiene una consistencia ética parecida a una convocatoria de Osama Bin Laden a la Paz mundial.

La producción de hoja de coca, sustento político, económico, y principal fuente de legitimidad presidencial, ha experimentado un crecimiento geométrico desde 2006, incluyendo el cultivo en áreas protegidas, y es responsable de la mayor devastación de las tierras fértiles en Bolivia desde que los conquistadores españoles decidieron acabar a plan de incendios el manto vegetal altiplánico. A la esterilización producida por el arbusto, que imposibilita cultivos posteriores durante diez años y cuya superficie aumento en diez veces durante la presidencia de Morales hasta alcanzar hoy 50 000 hectáreas , se deben agregar la inmisericorde y descontrolada vertida de miles de litros de residuos altamente tóxicos de acido sulfúrico, cal viva y otros químicos, derivados de la masiva producción de cocaína que a migrado de sus lugares de producción en el oriente a zonas peri urbanas y rurales del occidente. Morales incluyó a la hoja de coca, sin la cual es obviamente imposible producir cocaína, en la constitución y el canciller Choquehuanca propuso que los niños de Bolivia debieran tomarla en el desayuno en vez de la leche.

Esta devastación es gravísima e ilustra la hipocresía de un gobierno que vocifera sobre el agua como un derecho humano, por ejemplo, pero que permite que la minería transnacional contamine como nunca los acuíferos del altiplano y como en el caso de San Cristóbal en pocos años habrá consumido por si sola tales cantidades que habrá convertido el sur de Bolivia en un desierto hasta debajo de la superficie.

El “sagrado” lago Titicaca se ha convertido en una cloaca producto del derrame de aguas servidas que ha crecido sin que se haya definido una política pública sobre esta problemática que ha confinado la presencia piscícola a las áreas de granja y a las especies que aun toleran esta contaminación. En el carnaval de Oruro, bajo la etiqueta de respeto a las “culturas ancestrales” miles bailaron haciendo sonar instrumentos musicales y exhibiendo vestuarios hechos con especies en extinción sacrificadas expresamente ignorando no solo las leyes sino los ruegos de organizaciones medioambientalistas y ciudadanos.

Ufano de su relativo apoyo electoral, el gobierno seguirá sembrando las canchas de futbol de todo el país de césped sintético para que armonice con alfombra de basura plástica que acompaña al viajero a lo largo de todas las carreteras y que es la cotidianeidad de la mayoría de los pueblos, e incluso de ciudades como Oruro y Cochabamba. En esas condiciones presentarse con una careta medioambientalista es una desfachatez alevosa e inaudita, una indecencia cínica y grotesca.