martes, 8 de julio de 2008

ANCIANO DESCENDIENTE KAWESQAR EN RIESGO VITAL

/ EFE

Alberto Achacaz Walakial, de 79 años, uno de los últimos representantes de la comunidad kawésqar, pueblo originario nómada del extremo austral de Chile, se encuentra internado en riesgo mortal en Punta Arenas.

"Continúa grave y está en estado de shock séptico, que afecta sus pulmones y vesícula. El paciente está conectado a un ventilador mecánico", informó este viernes a Efe Irma Alvarado, enfermera de la unida de cuidados intensivos del Hospital Naval Cirujano Guzmán.

Según los informes médicos, Achacaz llegó al hospital con deshidratación y un peso cercano a los 60 kilos, producto de la situación de abandono en que se encontraba, ante la negativa de internarse en un hogar de ancianos.

La situación de Achacaz revela las vulnerables condiciones de vida de los últimos hombres puros de la etnia kawésqar, cuyas viviendas se levantan en lugares inhóspitos, húmedos y una casi nula comunicación con los "chilenos".

Verónica Achacaz, hija de Alberto, criticó a los organismos gubernamentales, pues, según ella, no existió una oportuna preocupación por el estado de su padre, quien hace varios meses esperaba audífonos para atenuar su sordera y mejoras para su vivienda.

Las autoridades regionales descartaron que Achacaz estuviera en una situación de abandono, pues el organismo público siempre ha estado a la disposición de él, señaló el director regional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.

Achacaz quedó viudo en 1999, situación que lo dejó muy afectado, además fue víctima de dos accidentes. Primero lo atropellaron, lo que le provocó una fractura en una de sus piernas y luego se incendió su casa. Sin embargo, continúo con su vida normal construyendo canoas de pieles de lobo y tejiendo canastos de junco, en su hogar.

Los miembros de la etnia kawésqar, llamados también "Nómades del Mar", habitan en Puerto Edén, en la Región de Magallanes y Antártica chilena. La lenta desaparición de los kawésqar les preocupa a los pocos miembros que van quedando, ya que cada vez son menos quienes transmitan su memoria histórica y su lengua.

A fines del siglo XIX la población de los kawésqar ascendía a 800 personas, las que durante el siglo XX se redujo a 61 miembros, debido a enfermedades venéreas, tuberculosis y alcoholismo. Hoy se estima que la población aproximada es de 336 kawésqar, entre puros y descendientes de la segunda a la cuarta generación.

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